Todo empezo cuando el jefe entro y dijo mm (este sonido lo hace entre dientes con su toque de pensador) esta oficina necesita un poco de orden, el lunes llegará un compañero y se necesita mm que esto luzca mejor. Hagan algo al respecto por favor.
De esta manera comenzó una jornada ardua y cansada de limpieza en la oficina. Salieron cajas y cajas de basura de diferente tipo: los 15 diskettes de windows 98, los cables de prueba, las cajas que guardabamos para futuras devoluciones, las telarañas, los kilos de polvo acumulado a lo largo de los meses, el estres de un dia con esfuerzo fisico y no intelectual, las frustaciones de trabajo de oficina normal, las licencias de software que nunca alcazamos a ver, los manuales de como no rendirse al primer error. Todo para afuera, 1 hora, dos horas, 3 horas y aún la oficina no tomaba forma. Despistadamente el jefe se acerco un par de veces para ver el esfuerzo de clasificar y tirar la basura, de ordenar y acomodar lo que quedaba. Tal vez se le hizo demasiado tiempo pero creo que ya en medio de ese tremendo caos no podia contradecir su anterior orden. Al final todos estabamos satisfechos con el resultado, tal vez la limpieza nos sirvio más de lo que se veia.
Tal vez la limpieza no solo fue de la oficina, sino del tedio, la rutina, la monotonia de un trabajo de más 9 horas frente al monitor.
La limpieza hace falta en todo, tanto en lo fìsico como en lo emocional. Dedicar al menos un dia al mes de limpieza de emociones echadas a perder dentro nuestro: rabias, frustaciones, desilusiones, contrariedades, tristezas, envidias, rencores. Para afuera, amarrarlo bien en bolsas y tirarlas lejos de nosotros y de los demás. Barrer nuestra conciencia y volver a empezar.
Comentarios
.. besos Alejandra..
Otro abrazo Alejandra
Besos.
BSS
Por lo tanto si tiramos papeles, sobras o basura al suelo, de algun modo estamos tirando sobras de pensamientos etc... al suelo de nuestra conciencia, embotando y ensuciando algun rincon de nuestro subconsciente, de nuestra mente.
En cambio si aportanos un momento para encontrar una papelera donde dejar las sobras, el exceso, la basura...descontaminamos nuestra mente.
En resumen y sin rayadas, contaminar el mundo es contaminarnos a nosotros mismos, y no me refiero globalmente, aunque así sea, sino de modo individual, que también lo debe ser.
Tarea de cada cual es, pues, dar a limpieza y el orden el lugar que merecen.