Noche Hechizada

Suspiro tras suspiro el espiritú me llamaba
medio absurda, medio tonta yo lo ignoraba
¿Quién? ¿Quién? La curiosidad imploraba
más el corazón encogido solo se encorazaba.

Al principio la luna como almohada
y los sueños como dulces caricias al alma
eran testigos de este amor que me llenaba
sentada en la cama por la noche plateada.

Esperando esperando me llego la madrugada
sin sonrisas timidas ni manos hechizadas
breve mirada hacia mi sueño, a lo que deseaba
frágil como el amor eterno, así como las hadas.


El hechizo fracasado solo lloraba
por lo perdido, por aquello que esperaba
más una leve sonrisa mía escapaba
por la esperanza de otra noche hechizada
y el corazon contento brincaba
por la luz que pudo escaparce de la coraza.



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