En busca de un cuento...

Erase una vez que se era en los confines del reino Alegría un pequeña princesa que vivía dentro del famoso castillo Amarillo al lado de sus padres el rey Bondadoso y la reina Simpatía. Esta pequeña princesa de ojos grandes e inquietos a la que sus padres llamaron Sonrisa tenia una chispa sin igual, ya que siempre andaba cantando y bailando acompañada con sus risitas adorables. Poseía unos dientes como de perla y unos bucles negros envidiables. Toda la gente del reino Alegría estaba orgullosa de tener una princesita tan digna representante de la alegría, además de tener reyes tan justos y bondadosos. Como se puede observar todo era miel sobre hojuelas en el reino, hasta que un día una malvada viejecilla le ofreció una manzana enorme y jugosa rellena de envidia a la pequeña Sonrisa, por lo que la princesa se sumió en un sueño oscuro y profundo. La desdicha en el reino se dejo sentir y ...”

Oouuupss, perdon por la intromisión pero creo que eso ya lo he leído en alguna parte, mejor empecemos de nuevo sin tantas princesas y reinos.

“Erase una vez dentro de la profundidad del océano un dulce delfín llamado Tormenta o Tormentita como lo llamaban sus padres con todo el cariño posible que le tiene un padre delfín a su hijito delfín. Tormentita nunca entendió el porque de su nombre ya que el era muy tímido y callado, nada que ver con lo arrolladora e imponente que puede llegar a ser una tormenta. Su padre le explicaba que con la edad el iba adquirir mucha seguridad e iba a ser el más grande delfín visto en los alrededores. Como es normal Tormentita siempre estuvo a la espera de ser grande, fuerte y osado como sus padres soñaban que fuera, pero sin embargo esto no sucedía incluso era más pequeño que la mayoría de sus compañeros delfines y aún mas callado de lo que era de pequeño. Sus padres preocupados decidieron mandarlo a una excursión al arrecife próximo denominado Fuerza y Voluntad, en compañía de su primo delfín Larguchon, delfín medio inteligente y muy grande que tenia siempre un gran entusiasmo. Juntos emprendieron su viaje con miedo pero sin esperar nunca la odisea por la que iban a pasar. Todo empezó cuando al segundo día de nado continuo al arrecife Fuerza y Voluntad se toparon con una enorme red de los seres a los que denominaban los otros, con la cual por mas que lucharon por safarse no lo consiguieron quedando en cautiverio con la única esperanza que la vieja tortuga, quien vio todo, pudiera avisarle a los padres de Tormentita...”

Siempre he querido hacer un cuento bello como esos que me contaba mi tía para mantenerme quieta o que leía en las tiendas apartamentales escapándome de las compras rutinarias de mi madre y de los ojos inquisidores de los vendedores o tal vez como los que me contaba mi abuelo en los que debo confesar no son propiamente cuentos ni tampoco eran muy propios para mi edad, ya que en lugar de hadas, princesas y castillos intervenían coroneles, caballos y batallas pero igual me hacían soñar.
Pero como podrán ustedes darse cuenta el desarrollo y final del cuento no se me da muy bien que digamos, será acaso que los finales en mi vida no se dan mucho y solo son momentáneos ya que siempre hay continuaciones o de plano que me falta tomar un curso intensivo para concretizar las cosas.

Les conté la historia de la joven adelita que siguió a su amor por lo ancho de la republica mexicana, batalla tras batalla con carrilleras y fusil a cuestas en los trenes rebeldes...

Comentarios

Anónimo dijo…
Realmente me gustaría conocer la continuación del cuento de Tormentita jejeje :D