La desesperación se apodera de mi, cuando descubro que el mundo bondadoso y maravilloso que siempre he pensado que existe a mi alrededor, se vuelve humo pestilente y viciado por la envidia y la avaricia. Las manos se atan a mi, al igual que mi confianza y fe. Lamentablemente se que una velita dentro de mi corazón ha dejado de brillar consumiendose en un mar de mentiras y apariencias.
Aunque no desisto: respiro hondo y me preparo para el siguiente embate, ya que se que existen ojos sinceros y amistades duraderas que me acompañan en este caminar.
Resisto, resisto, resisto...

Comentarios

Principe Maktub dijo…
Todo eso se puede encontrar en la vida de cada quién, y cada quién puede darle la importancia y la manera de ver cada cosa.

Representa un buen reto a vencer, Nunca desistas que la verdad siempre vence, aunque parezca tardarse esa victoria.

"Palabras de un Señor que esta alla arriba"