La atmosfera se hace pesada y el sol resplandece tanto que te impide ver mas allá de tus narices, tropiezas una y otra vez por culpa de esos rayos que curiosamente te van indicando el camino, mas sin embargo tú no puedes ver por el resplandor.
Caminas y caminas y tus pisadas van dejando una huella profunda en la arena, mas sin embargo tu no las puedes distinguir ya que al andar no puedes dar la vuelta atrás por el miedo de errar el camino, prosigues y te resignas a la idea de olvidar.
El silencio se aproxima a ti y a tu corazón, más sin embargo no lo deseas, no quieres que te grite a la cara lo que hace falta y lo que sobra, de repente un zumbido hace que tu piel se extremezca mas no paras, al contrario tu curiosidad te hace avanzar mas de prisa.
El sonido poco a poco va adquiriendo forma y por fin comprendes... millones de particulas de arena golpean cada centimetro de tu cuerpo, el alivio viene por un segundo ya que los rayos del abrumador sol se dejan de sentir y la espera llego a su termino.
El dolor es evidente y abrumador mas sin embargo el conocer que tu camino no esta en tus pasos sino en donde te lleve ese remolino, que tus sueños siempre te acompañaran para hacerte florecer en donde quiera, pese a lo que sea y que por mas que te esfuerces hay cosas que son necesarias vivirlas para aprender esa lección que nos falta.
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