Aunque no te encuentres en escena, aunque estes fuera de un escenario traes contigo una mascara. Esa mascara o más bien dicho mascaras te acompañan dia con dia a lo largo de tu vida, incluso contigo mismo te pones una: victima, victimario, fuerte, debil, estupido, inteligente, bondadoso, egoista, bueno, malo y asi podría continuar.
Es increible la facilidad que tenemos para cambiarla de acuerdo a las circunstancias, a la compañia.
No te permite conocerte a ti mismo ¿como? si siempre con lo que hablas son con tus mascaras que te has empeñado en crear para sentirte bien, seguro, confiado frente a la vida. Se te olvida lo que eres, porque te desacostumbras a escucharte. Solo escuchas lo que los demás esperan de ti, lo que tus mascaras quieren de ti.
Es increible la facilidad que tenemos para cambiarla de acuerdo a las circunstancias, a la compañia.
No te permite conocerte a ti mismo ¿como? si siempre con lo que hablas son con tus mascaras que te has empeñado en crear para sentirte bien, seguro, confiado frente a la vida. Se te olvida lo que eres, porque te desacostumbras a escucharte. Solo escuchas lo que los demás esperan de ti, lo que tus mascaras quieren de ti.
¿Donde puedo dejar mis mascaras?¿Donde me puedo encontrar?
La sinceridad duele porque la sinceridad es demasiado simple y la complejidad es sinonimo de interes (¿de quien? pareja, familia, amigos, conocidos). Pretexto suficiente para seguir buscando mascaras o ponerle más adornos a las que ya tenemos.
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