De vuelta al pasado...

¿No me ves? Desenrredando a solas la intrincada soledad de escucharte de eco en
eco.



Frágil es la mente, que con un pequeño estimulo alza sus alas y se dispone a volar a mil kilometros por hora, como paso hoy al meterse el sol y saber sin preguntar donde esta mi voz de crucigrama.

Los recuerdos tocaron a mi puerta, con silueta femenina, explicandome paso a paso que ha sido de tu vida, de tus sueños y de tu VOZ. Ahora ya no solo eres mi misterio, ahora mas oidos furtivos intentan desenmarallar tus conocimientos e ideales. ¿Qué sigues libre?Acaso será metido en millones de palabras, codiciando el conocimiento, amando las letras como siempre.

Que sigues gruñón me cuentan, así como cuando te conocí aquel primer día, rodeados de números que se multiplicaban y se dividian, de teoremas, de formulas, de ojos profundos y claros, y por supuesto envuelto de tu voz grave, profunda, así como crucigrama.

Viene tu cumpleaños, pero tambien sé que no te gustan los pasteles ni las flores. Cuando te llamaba por la madrugada. ¡Cuando un dia casi me robas un beso! Cuando te odie Cuando te ame de lejos, cuando te me perdiste porque tu voz ya no se escuchaba más aqui dentro de mi corazón.





Y hoy como un susurro vuelves, saber que hablas de mi y que más aún preguntas por mis pasos.

¿Sabes? Siempre las coincidencias y los tal vez quedarán vivos entre nosotros.




Aunque no estas. Alejandro Filio.

Desperté y el silencio supo a ti

y al abrir la ventana supe más

supe que la mañana se podía recortar

para enviarla en un sobre a donde sueles despertar

qué maneras extrañas tengo para recordar.

Desperté y respirando comprendí

que detrás de un milagro vienes tú

hace tantos inviernos que no puedo rescatar

al adiós que en el tiempo nos partió por la mitad

tú del brazo el viento y yo mirándote volar.


Qué maravilla es poder sentirte aunque no estás

siempre supe que en el viento te podías quedar.

Las historias hermosas son así

nos prometen de lejos ser verdad

le pedimos al tiempo que les traiga por acá

y al final en un sueño suelen ser casualidad

a la vuelta del corazón volvemos a empezar.


Como nube la dicha nos llovió

sin saber hasta donde caminar

y a tu mundo pequeño le inventaba una canción

delicada y perfecta como alma de caracol

tú dormiste y la luz después del día nos cegó.


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