Treinta y tres

 

 
Ayer fue mi cumpleaños 33, lo recibí estando embarazada de 7 meses de mi preciosa Emma, mejor regalo la vida no me lo pudo dar.
Fue un día raro, no hubo muchas celebraciones, ni sorpresas como años anteriores, no hubo alegría desbordada, no hubo amigos presentes, básicamente no estaba yo presente. Mi madre, gracias a Dios, mi compañero de vida y mi pequeña hija en mis entrañas, solo.  
A veces, me dejó consumir por la añoranza y por los tiempos pasados y me siento culpable por no estar lo suficientemente agradecida con lo que Dios me ha concedido, por ser tan egoísta e inmadura.
No fue mi mejor día, quizás son las hormonas y esta sensibilidad que me ha estado acompañando  últimamente, quizás la rachita que traigo con mi compañero de vida, quizás la presión del trabajo y las obligaciones, quizás son los 33, quizás esperar y esperar...
 

Comentarios