Mirar el cielo


Pasan los días y ¿cuantas veces te descubres mirando el cielo?
Si es verdad, el reloj no da tregua y las horas pasan demasiado rápido entre las cosas que debes hacer, esas que no pueden esperar y pantallas digitales, y de pronto te encuentras que el día se esfumo.
Estaría bueno sentarnos nuevamente como niños a descubrir formas en las nubes o ir en busca de  estrellas fugaces por las noches. Encontrar el camino de regreso a nuestros sueños y al placer de mirar al cielo y maravillarnos por la grandeza que nos rodea cada día sin inmutarse con nuestra ceguera y exigencias.
Volvamos a regocijarnos con una noche estrellada, buscando la osa mayor para encontrar el norte de nuestras vidas.


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