De pronto los demonios salen de nuevo, pero ahora no traen rostro de tristeza o nostalgia. No vienen por la noche a oscuras, no hay sigilo, ni clemencia. Ahora traen mascaras de coraje, impotencia y un odio desmedido.Hacen ruido, quieren ser escuhados, danzan, bailan, gritan. Si pones atencion los escucharas con claridad.

Trato de controlarlos, de no dejarlos escapar. Pero uno a uno, con la luz del alba despiertan proclaman su trono, su espacio, su lugar. Es imposible contenerlos. No se dejan asustar, al contrario ellos quieren atención.

Quisiera quedarme callada por días para que nadie los encuentre en mi boca, para no delatarme. Coserme la boca con tranquilidad, con bondad y paciencia sería lo ideal, pero no tengo esos hilos. Solo un profundo coraje, casi añejo, casi corrosivo. Me duele, pero el dolor no proviene de ningun sitio, sino del vacío. Un vacío que no se explicar, un vacío que no se va.

Respiro profundo, con la esperanza que se haya ido, pero no sigue aqui dentro, alli afuera en todas partes. Respiro de nuevo, una y otra vez, y todo sigue igual. Tan igual que se vuelve tormento. Tengo miedo de acostumbrarme a ellos, que se hagan míos. Que ya no se quieran ir. Quiero dejarme llevar y explotar con la potencia de millones de oms. Quiero no medir las consecuencias y olvidarme de todo. Solo quiero dejarlos salir, para ver si por fin me dejan en paz.

SALVACION

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.

Alejandra Pizarnik